Este texto pertenece al
escritor y ensayista español Javier Gomá Lanzón, también director de la
Fundación Juan March.
Javier Gomá comienza escribiendo
sobre la importancia cultural que posee la filosofía, pues está mucho más
extendida entre nosotros, el pueblo, sin conocimientos filosóficos, como
creíamos. Desarrolla la idea de que todo lo que percibimos a través de nuestro
tacto, nuestras sensaciones…ya viene contaminado por nuestro vocabulario. Cada
palabra que damos a una de esas percepciones difumina su sentido original al no
significar lo mismo en nuestra época actual que, por ejemplo, en el antiguo
Imperio Romano. A pesar de ello, no queda otra opción que aceptar esa condición
y vivir con ella. Todo ser humano tiene la gran capacidad de hacer una
interpretación, filosóficamente equiparable a la de cualquier filósofo, de las
sensaciones. Sólo dejando ese término “humano” seremos capaces de deshacernos
de esa condición de filósofos. Siempre hay una distinción entre todas las
interpretaciones filosóficas de las sensaciones; unas son más rudas, otras más
elegantes…Aunque filosofar sobre percepciones y sensaciones esté al alcance del
más garrulo, este “poder” sólo es accesible para unos pocos privilegiados a lo
largo de las épocas. Para disponer de esta superioridad filosófica es necesaria
una visión del mundo y una misión con el objetivo de agrupar todos esos
conceptos capturados a través de la visión mundial en una estructura/sistema.
La filosofía tiene el cometido de ocuparse de toda la realidad haciendo una
distinción entre un aspecto metafísico y pragmático. En el apartado metafísico,
se encargar del lado inteligible del mundo y a las personas o seres que la
organizan. Por otro lado, en el apartado pragmático, su función es la de
proponer un ideal prescriptivo, en el que comenta algunos ejemplos como el de
conocimiento, verdad, justicia…La filosofía se expande en un tiempo geológico,
es decir, siempre se mantiene a un lado del frenesí temporal de la actualidad
política, empresarial, social y periodística.
Como conclusión, el
escritor Javier Gomá concluye exponiendo la idea de que la filosofía es lo
primordial en la vida, por encima del dinero, del capital. La filosofía tiene
el poder de moldear los deseos más primarios humanos.
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